miércoles, 21 de abril de 2010

Caso Valero: De los malos titulares de Meridiano y las buenas portadas de Líder

EL ANTETÍTULO DE MERIDIANO


Es debatible, y difícilmente pueda haber una única y tajante opinión al respecto, pero el uso del verbo “aniquilar” no creo que haya sido el más apropiado. En sentido literal no se puede tomar, porque en ninguna de sus acepciones es sinónimo claro de muerte. En sentido figurado se usa mucho en la jerga boxística casi como equivalente de KO o de haber ganado una pelea haciendo trizas al rival. Y en el caso de Valero, en particular, tiene otra connotación más, ya que aunque su sobrenombre más conocido era “El Inca”, también se le llegó a decir “El Aniquilador”. Sin embargo, la noticia reseñada no era una pelea de boxeo ganada por KO ni algo lo suficientemente trivial como para tratar de hacer juegos de palabras. Nada que ver. Se trataba de un asesinato y como tal debió ser reseñado.
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TITULAR DE APERTURA DE MERIDIANO:

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En el caso de este titular, el adjetivo debatible hay que cambiarlo por indefendible, ya que difícilmente haya una explicación convincente que lo justifique. “¡Qué locura!” es una expresión coloquial que tiene una connotación especial en estas tierras, ya que durante años, y con relativo éxito, Venevisión emitió un programa de cámara indiscreta llamado así. Es una locución interjectiva que expresa, sí, sorpresa, pero en un tono que para un caso como éste peca de frívolo y que en el ambiente apesadumbrado que generó la noticia, cae, y ciertamente cayó, muy mal. Dio la impresión de que nadie en Meridiano captó la verdadera magnitud de la tragedia Valero, porque titular “¡Qué locura!” el suicido del boxeador que el día anterior había asesinado a su esposa llega, casi, a exabrupto. Es que hasta repetir el titular del día anterior –“¡Triste final!”- les hubiese quedado mejor. Lamentable, muy lamentable.

LAS PORTADAS DE LÍDER

Pero como no todo ha sido malo, he de destacar el par de excelentes portadas que sacó Líder lunes y martes. Chimbo que lo que tuvieran que reseñar fuera un hecho tan lamentable, pero justo es reconocer que estuvieron a la altura de la situación y supieron darle el tratamiento adecuado.

La primera, la del lunes, vestida totalmente de negro, con una gran e impactante gráfica que hablaba por sí sola y un titular que lo decía todo: “Esta tragedia pudo evitarse”. La segunda, la del martes, también de riguroso luto, una foto extraordinaria de Valero, cabeza gacha y luz de frente, y un titular acorde: “Valero tiró la toalla”. Prescindible, quizás, el cintillo superior anunciando el afiche, pero poco empañó la calidad de la portada. Excelentes.

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